Que es la Geobiologia?

De la propia palabra se puede obtener fácilmente la descripción de lo que es, Geo corresponde a Tierra, bio a vida y logía a ciencia, por lo tanto la geobiología sería la ciencia que estudia la correspondencia entre la tierra y la vida.
Profundizando un poco más, sería la ciencia que estudia las energías de la tierra y su influencia en los seres vivos.
Atendiendo al principio universal de los opuestos (Yin y Yang) la tierra es Yin con respecto a la energía del sol o del Cosmos, que sería Yang en comparación.
Por lo tanto la energía de la Tierra varía en función de las variaciones del Sol o del Cosmos y eso tiene un efecto sobre nosotros.
El lugar que elegimos para vivir, o para dormir influyen (positiva o negativamente dependiendo de la energía del lugar) en nuestro cuerpo y por lo tanto en nuestra mente, nuestras emociones, etc.
Ya entre los pueblos antiguos, Imperio Romano, China, Egipto, Celtas, Los pueblos del desierto, etc; Existían personas encargadas de elegir el lugar en el que se edificaría una ciudad o vivienda.
Los Romanos por ejemplo dejaban pastar el ganado durante unos meses, luego examinaban las vísceras de este y así veían si el lugar era adecuado para la vida.
Los Chinos paseaban con unas varillas (Como las de un zahorí) buscando el lugar adecuado para sus necesidades.
Eso mismo hacemos nosotros ahora, con los conocimientos de Radiestesia y los descubrimientos de Hartmann, Curry o Bovis; Se ha avanzado en la detección de lugares hostiles a la vida y en la neutralización de los mismos.
De la Tierra recibimos energías vitales que forman, junto a las energías cósmicas, el marco en donde se desarrolla la vida. La energía que se localiza en la corteza terrestre proviene de la interacción de diferentes mecanismos energéticos: los inherentes a la propia Tierra (magnéticos, eléctricos, gravitacionales, etc.) y los cósmicos (solar, lunar, planetas, galaxias, etc.). Esta energía global puede intensificarse o debilitarse en determinados puntos o lugares, los cuales podemos considerar como lugares geopatógenos.
Las radiaciones naturales habituales en una zona se modifican cuando en el subsuelo concurren distintos elementos, como son las corrientes de agua subterránea, fracturas geológicas, bolsas de aire, masas de minerales, cambios en la composición del terreno, etc. Todo ello se conoce como alteraciones telúricas o zonas geofísicas inestables. Las alteraciones más frecuentes y más preocupantes son las fracturas y las corrientes de agua subterránea. Las fallas o fracturas son quiebras producidas por rompimientos de los estratos y bóvedas que originan un hundimiento. Entre estas capas más permeables puede circular agua. Sobre estos lugares podemos encontrar -dependiendo de las características de la perturbación geofísica- no sólo variaciones del campo magnético, sino otras de distinta índole con respecto al ambiente geofísico circundante: variaciones de la electroconductividad del terreno, de los niveles de radiactividad, mayor ionización positiva, condensación de gas radón, modificaciones de la radiación de infrarrojos o de microondas entre otros fenómenos.
El organismo reacciona contra la agresión a la que es sometido, liberando o inhibiendo una serie de sustancias bioquímicas endógenas (endorfinas, melatonina, etc.). En estos casos no se consigue liberar la tensión acumulada, incluso se agrega más. De ahí, que las personas que duermen sobre zonas alteradas se levanten cansadas por la mañana, con dolores de cabeza, sin ánimo, irritables, etc.
La experiencia y los estudios realizados demuestran que las personas expuestas a estos lugares manifiestan una serie de perturbaciones en sus constantes fisiológicas: alteraciones de la presión sanguínea y del ritmo cardiaco y síntomas como insomnio, malestar general, dolores musculares, reúmas, asmas, vértigos, alergias, cambios de comportamiento (irritabilidad, nerviosismo, apatía, depresión) y otros trastornos o enfermedades que dependen de la intensidad de la alteración y de la capacidad de respuesta del organismo. Progresivamente, se va reduciendo la eficacia del sistema inmunológico y, por tanto, el organismo se sensibiliza al agente geopatógeno. Las consecuencias de la estancia en un lugar inestable socavan no sólo el estado físico, sino también el psíquico, con cambios en las pautas de comportamiento.
Los fetos y bebés son más sensibles a la alteración de la radiación natural; estos últimos manifiestan su rechazo con llantos. Al estar situados en un lugar geofísico inestable, inmediatamente suelen demostrar inquietud, nerviosismo, comienzan los lloros o los estados febriles, síntomas aparentemente injustificados. Igualmente, al colocarles en un lugar neutro su recuperación es muy rápida, cuando no inmediata.

Fuente: http://www.consulnat.com/terap09.htm